El inicio de la PÉRDIDA DE AUDICIÓN

Exceptuando algunas enfermedades congénitas, no es habitual que se padezca una hipoacusia grave de la noche a la mañana. Los síntomas de la pérdida auditiva se van manifestando poco a poco y eso hace que muchas veces no seamos conscientes de que estamos perdiendo la audición. Simplemente los vamos ignorando y nos vamos acostumbrando a oír peor. A continuación os referimos algunos de los síntomas que sirven para detectar si se está generando este tipo de perdida. Normalmente los primeros en darse cuenta de una pérdida auditiva son los familiares, amigos y vecinos.

  • Los síntomas de una incipiente pérdida auditiva son, por ejemplo:
  • Poner el volumen del televisor o la radio más alta.
  • Dar una respuesta distinta a lo que se le pregunta.
  • Pedirle a los demás que repitan lo que le han dicho.
  • Resulta difícil seguir conversaciones en reuniones familiares o grupos de personas en general.
  • Algunos sonidos resultan demasiado fuertes y molestan.
  • Confundir palabras parecidas.
  • Tener problemas para mantener una conversación por teléfono.
  • Quejarse de pitidos o zumbidos constantes en los oídos o en la cabeza.
  • No oír (a veces) cuando llaman al timbre, porterillo electrónico o golpean la puerta.

Consecuencias de no acudir a los especialistas de la audición.

Un gran porcentaje de personas que muestran los síntomas que referimos, entran en una fase de negación y tardan una media de 4-5 años en reconocer y asumir la problemática. Esto puede traer serias consecuencias/efectos secundarios en su vida ya que una hipoacusia no tratada puede acarrear problemas físicos, mentales y psicológicos. Algunos de ellos los mencionamos a continuación:

  • Dejamos de acudir a algunas de nuestras actividades preferidas.
  • Nos vamos aislando y entramos en una fase de depresión y desgana sintiéndonos desconectados de la gente que nos rodea
  • Perdemos parte de las conversaciones y cada vez nos apetece menos participar en ellas.
  • Nos volvemos «huraños» con familiares y amigos.
  • La pérdida auditiva está relacionada con una disminución de la memoria, la capacidad de aprendizaje y el rendimiento en el trabajo.
  • Se incrementan las posibilidades de accidentes en la vía publica y en ambientes domésticos ya que se reduce el estado de alerta y no percibimos las señales sonoras de aviso.

¿Cuándo es necesario usar audífonos?

Pérdida leve: se recomienda revisiones periódicas anuales para controlar la evolución y el momento preciso en el que se debe empezar a usar prótesis. Pérdida moderada: es necesario el uso de audífonos para evitar que la audición se degrade y podamos restaurar el daño ocasionado obteniendo así, unos resultados en la adaptación más gratificantes. Pérdida severa: es imprescindible el uso de prótesis para evitar el total aislamiento, llegados a este extremo, en la mayoría de las adaptaciones con audífonos existen limitaciones en los resultados debido al deterioro sufrido en la “memoria auditiva”. En estos casos el resultado suele ser que a pesar de usar prótesis y oír que le están hablando sigue sin entender muchas palabras, pídales a las personas que le hablen lento, pronunciando bien y que se ubiquen cerca y de frente para que usted pueda leer sus labios también. La pérdida de comprensión/entendimiento de las palabras (memoria auditiva) es la principal razón por la que debemos intentar solucionar el problema antes de llegar a este tipo de pérdidas, así podremos obtener más calidad de audición y por consiguiente más calidad de vida.

¿Por que algunas personas son reacias a usar audífonos?

Es bastante habitual que las personas con una hipoacusia moderada rechacen el uso de audífonos, algunas incluso, a pesar de haberlos comprado prefieren no usarlos y dejarlos guardados. ¿Por qué ocurre esto? A continuación referimos las causas más frecuentes:

  • La negación: vienen a realizarse el estudio y/o se compran los audífonos por presión familiar, ellos no consideran que los necesiten, ellos consideran que oyen bien a pesar de las quejas de su familia sobre tener que repetirle las palabras, el volumen de la TV, los malentendidos en las conversaciones, etc.
  • Complejo e inseguridad: les da vergüenza usar audífonos porque consideran que llevarlos es “cosa de persona mayor” y prefieren sufrir las consecuencias de la pérdida auditiva antes que ponerle solución “porque eso les hace sentirse más jóvenes”. Aquí deberíamos realizar una reflexión… ¿Por qué sacrificamos nuestra salud en beneficio de una aceptación social provocada por la inseguridad, por estética, una crisis de edad, etc.?
  • Economía: necesitan usar audífonos en los dos oídos pero solo pueden comprar uno por motivos económicos, esto hace que el resultado obtenido en la adaptación se vea mermado ya que lateralizamos porque solo oímos bien por el oído en el que usamos el audífono e incluso, giramos nuestro cuerpo y cabeza hacia ese lado a modo de antena sintonizadora, debido a esta lateralización perdemos la localización sonora que nos indica desde donde proceden los sonidos, para poder orientarnos y localizar los sonidos necesitaríamos completar la adaptación binaural.
  • Ruidos de fondo: les da miedo usar audífonos porque han hablado con personas que los usan y les han comentado que tienen mucho ruido de fondo y que eso es muy molesto, esto es totalmente cierto, cuando se adaptan los audífonos se está intentando recuperar el máximo de audición posible, por ejemplo: no podemos querer mantener una conversación en un bar con nuestro acompañante y no escuchar la cafetera, el sonido de los vasos y platos o el ruido de fondo de las conversaciones de los demás. Esto aunque sea muy molesto no es ni más ni menos que lo que oímos cuando somos normo-oyentes y no tenemos pérdida auditiva, con lo que oir estos ruidos es normal y debe ser así a la hora de recuperar la audición con prótesis, debe habituarse nuevamente a sentir los sonidos que hace mucho no escuchaba. Al principio puede ser incómodo y molesto pero el uso frecuente ayuda a acostumbrarse.
  • Orientación y seguimiento: hay personas que cuando realizan la adquisición de sus audífonos no están del todo cómodos y acaban guardándolos en el cajón y olvidándolos, como cualquier otra prótesis externa del cuerpo, los audífonos necesitan ajustes de confort, para ello en vez de desistir lo que habría que hacer es acudir a su audioprotesista para que pueda realizar dichos ajustes y puedan usar sus prótesis con total normalidad. También se debe acudir a las revisiones periódicas como con cualquier otro especialista sanitario.

Diferencias entre AUDÍFONOS y amplificadores de sonido.

Existen algunas empresas dedicadas a vender principalmente por T.V. “productos milagrosos” que tratan de confundir a los pacientes que buscan audífonos baratos presentando los amplificadores de sonido también como audífonos. Y por supuesto NO LO SON. Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) “Los audífonos son productos sanitarios que amplifican y procesan sonidos, destinados a compensar deficiencias auditivas. Los amplificadores de sonido son dispositivos electrónicos destinados simplemente a amplificar el sonido ambiental para personas sin deficiencia auditiva”. Es decir, mientras que un amplificador simplemente aumenta el volumen, los audífonos amplifican frecuencialmente teniendo en cuenta la curva auditiva del paciente y aplicando las correcciones pertinentes en cada frecuencia y con distintas intensidades de forma personal e individualizada. Adjuntamos un par de vídeos explicativos a nivel nacional e internacional donde podremos entender mejor las diferencias  

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